La recuperación de las capacidades energéticas en el país es un camino irrenunciable, sin embargo las mejoras necesarias no existen a muy corto plazo por la existencia de múltiples fenómenos que impiden su rápida solución.
En una especie de carrera contra el tiempo se están montando parques solares fotovoltaicos (PSFV), pero su aporte al Sistema Electroenergético Nacional (SEN) ahora, y después también, resultan insuficientes para reducir drásticamente los elevados déficits diarios.
Según especialistas de la Unión Nacional Eléctrica (UNE) cuando se concluyan esos proyectos se adicionan unos dos mil MW, pero no suple la capacidad perdida entre 2019 y 2024, aun cuando su instalación, incuestionablemente, repercutirá en la reducción de apagones diurnos, sin que ello implique su eliminación.
El efecto dominó se percibe en momentos cuando el gas licuado se ausenta el mercado estatal por distintos espacios de tiempo. Esas personas, entonces, requieren electricidad para cocinar sus alimentos y emprender otras labores domésticas, lo que implica que en miles de hogares, no del todo previstos, demanden como media 1 GWh, el equivalente al consumo de unas 700 mil viviendas.
Los apagones, está claro, perturban la cotidianidad y sus secuelas se conocen; incluso se sabe dispara el costo de las tarifas eléctricas y tiene consecuencias hasta en los transformadores que deben soportar, cuando llega “la luz", altas cargas por reconexión abrupta de los medios instalados en casas y centros laborales.
Y como un fantasma aparece otro tema casi omnipresente: el combustible, en especial para los equipos de generación distribuida que usualmente consumen fuel oil y diésel, sin olvidar que a todo este proceso se suman los lubricantes, la sobreexplotación de los medios y las carencias de repuestos.
Por tanto modificar la matriz energética requiere, obviamente, capacidad de inversiones y eso significa tener liquidez financiera para comprar recursos necesarios, en especial, para las centrales térmicas (hoy funcionan 15 en Cuba), que en su mayoría presentan una obsolescencia tecnológica muy remarcada pese a los esfuerzos por mantenerlas “de alta”.
En recientes trascendidos se anuncia para el mes de julio una disponibilidad por esta vía de 1120 MW y otros 40 MW más en agosto, cuando los niveles medios de demanda en la etapa estival usualmente superan los tres mil 300 MW.
Perspectivamente se buscará rehabilitar bloques de generación paralizados, entre ellos la unidad 4 de la 26 de Julio, de Nuevitas, y la holguinera Felton 2, cuya puesta en marcha puede tomar alrededor de dos años y medio, según declaraciones a medios de prensa de Lázaro Guerra, director de Electricidad del Ministerio de Energía y Minas.
Resolverlo todo en materia energética es por ahora solo un gran deseo porque la realidad muestra que es un largo y escabroso camino; mientras una de las principales reservas es encender el ahorro al máximo, lo cual es un llamado permanente a la racionalidad en el consumo.
Y no resulta mero capricho, es un imperativo impostergable. (Por Gilberto Rodríguez Rivero/Colaborador de Radio Cadena Agramonte) (Fotos: Internet)