Argentina, 7 sep.- A los 106 años murió Rosa Tarlovsky de Roisinblit, presidenta honoraria de Abuelas de Plaza de Mayo. Se fue con el deber cumplido de haber buscado a cientos de bebés nacidos en cautiverio o robados de los brazos de sus familias. También, con la enorme satisfacción de haber encontrado al bebé al que su hija dio a luz mientras estaba secuestrada en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
Rosita o “Site”, como la llamaba la familia, nació el 15 de agosto de 1919 en Moisés Ville, provincia de Santa Fe. Era hija de colonos judíos.
Se recibió de obstetra en la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y fue partera jefa de la Maternidad Escuela de Obstetricia de Rosario. En 1949, se mudó a Buenos Aires. A los dos años se casó con Benjamín Roisinblit. Patricia, nacida en 1952, fue la única hija de la pareja.
Patricia militó un tiempo en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y después se sumó a Montoneros. Junto a su compañero, José Manuel Pérez Rojo, integraron la columna oeste de la organización. El 28 de junio de 1977 tuvieron a su primera hija, Mariana Eva.
El 6 de octubre de 1978, una patota de la Fuerza Aérea llegó hasta la casa donde estaban Patricia y Mariana, y las secuestró a ambas. La nena fue dejada con la familia. El grupo de tareas se llevó también a José.
Patricia y José estuvieron secuestrados en la Regional de Inteligencia Buenos Aires (RIBA). Ella fue llevada a parir a la ESMA. Su bebé fue apropiado por un integrante de la Fuerza Aérea.
Cuando desaparecieron su hija y su yerno, Rosa se integró a Abuelas de Plaza de Mayo. Fue una de sus máximas dirigentes. El terror no la detuvo. "El amor por nuestros hijos y nietos está por encima del miedo", decía.
En 2000, gracias a una denuncia que recibió la institución, Rosa encontró a su nieto Guillermo. Fue fundamental la intervención de su otra nieta, Mariana.
Siguió yendo todos los días a Abuelas para buscar a los otros bebés robados por la dictadura. Coqueta, no solía prescindir de los tacones. Hace unos años, se mudó a un hogar para personas mayores. En el organismo la declararon presidenta honoraria.
"Nos faltan encontrar 300 nietos, pero los estamos buscando y los vamos a encontrar”, se entusiasmaba Rosa. Sus compañeras continuarán con su lucha con el mismo compromiso con el que lo hizo ella. (Texto y Foto: Cubasí)