Camagüey, 15 oct.- Ahora no falló ni la defensa, ni el pitcheo ni la ofensiva. Los errores, humanos por cierto, suelen casi siempre traer consecuencias negativas y esta vez no fue la excepción para el equipo de la provincia que interviene en la 64 Serie Nacional de Béisbol.
No es la primera vez que la dirección de los Toros se equivoca por utilizar jugadores impropios, tal como ocurrió la víspera ante Holguín, cuando en el noveno emplearon al receptor Yan Rey Pomares, quien estaba inhabilitado para jugar en el encuentro.
La pizarra mostraba una diferencia de 10-2 favorable a los agramontinos y al realizar este cambio la dirección de los Cachorros orientales se percató del indebido movimiento, realizó la correspondiente reclamación y la queja prosperó: se le confiscó el partidoa los camagüeyanos.
Pero este asunto no es la primera vez. En días pasados ocurrió un evento similar cuando se trajo a relevar al derecho Juan Raúl Lugo, quien no había cumplido el descanso reglamentario tras una actuación anterior.
Y también se procedió de igual manera, tal como establece el reglamento, y se perdió inmerecidamente un encuentro, que había sido prácticamente ganado por los agramontinos.
Varias pudieran ser las conclusiones de ambos episodios, pero evidentemente hay una que salta a la vista: no hay organización. Los responsabilizados de impedir que esas torpezas ocurran incumplen su rol y eso trae aparejado la posible desmotivación de los jugadores.
Estos deslices contribuyen a empeorar la ubicación actual de los camagüeyanos (décimo lugar, con 15 y 16), los cuales tampoco exhiben un rendimiento muy positivo en la actual campaña, pues su pitcheo dista del que se requiere, pese a los esfuerzos de una ofensiva que es la mejor del certamen.
Hoy se regresa al ruedo y la afición agramontina espera que el equipo logre reponerse de tan desagradable desenlace. (Texto: Gilberto Rodríguez Rivero/colaborador de Radio Cadena Agramonte) (Foto: Internet)