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America Latina Venezuela Mexico Ecuador, Chile, invasión de Estados Unidos

América Latina: ¿Qué pasó este fin de semana?


EE.UU, 18 nov.- Los días que van desde el 14 de noviembre al cierre de esta valoración, muestran el acumulado de noticias que trascienden lo cotidiano y pasajero. 

Elecciones para presidente y parlamentarias en Chile, referéndum en Ecuador, violencia contra el gobierno de Claudia Sheinbaum en México, y como no podía faltar, la evolución del zafarrancho de combate contra Venezuela.

La eventual invasión a Venezuela sin dudas ocupa el primer lugar en materia de gravedad política.

En apenas 72 horas afloraron comentarios de altos directivos del gobierno estadounidense, matizados todos por el incremento de una avalancha mediática, todo dirigido a ejercer una mayor presión, por ahora en la fase “psicológica”, a favor de un cambio de régimen, es decir, destruir a la Revolución bolivariana.

En el terreno físico, se mostró finalmente el arribo al Caribe del super portaviones USS Gerald R. Ford, que junto a su escolta, suma unos 15 mil efectivos desplegados y en consecuencia eleva a 200 millones de usd los gastos diarios; todo ello para continuar hundiendo pequeñas lanchas, asesinando pescadores o narco traficantes sin nombre y apellidos. 

Para dejar claro las cosas, el secretario del Ejército, Dan Driscoll, aseguró que “estamos listos” (los soldados) para cumplir la misiones que decida el presidente Trump. Declaración asociada a la vez al anuncio que hizo previamente el jefe de Driscoll, Pete Hegseth, secretario de la Guerra, exponiendo brevemente en la red social X, el inicio de la “Operación Lanza del Sur”, bajo la responsabilidad del Comando Sur.

Para no quedar fuera de esta algarabía, Mr. Rubio reflotó la declaración del inexistente cartel de los soles como una organización terrorista algo que se hará firme el 24 próximo; que le añadiría mayor legalidad atacar a Venezuela, según su arbitrario entender y acorde a su torcida agenda personal. Así funciona, el policía Rubio declara culpable a quien le parece y ejecuta la sanción, pero sin mostrar la más mínima prueba. 

Como se aprecia, hubo mucho ajetreo en los pasillos del poder en Washington, y cuando todo estaba listo para el combate, por alguna razón inescrutable, el jefe Trump vertió un cubo de agua helada sobre los participantes de los ataques verbales; volvió a evadir una respuesta sobre sus planes hacia Venezuela, y afirmó incluso que pueden haber conversaciones con el inalcanzable Maduro. 

En el medio, cada vez es más obvio el rechazo en el terreno internacional. Por estos días los “aliados” que se reunieron en Canadá en formato del G7, le espetaron a la cara a Mr. Rubio, con modales diplomáticos, que no aceptan los atropellos que su país está cometiendo en el Caribe. El secretario Rubio, con ademanes menos educados, les respondió insistiendo en el concepto de mare nostra  del Caribe o monroísmo que le caracteriza.

En concordancia con lo anterior, el Reino Unido, fue más lejos y anunció que no proveerá más información de inteligencia a EEUU sobre esta temática, a lo que se añadió una decisión parecida de Colombia, que se dice le garantiza al Pentágono el 85% de este tipo de información, sobre la situación operativa en el Caribe.

La interpretación más sosegada de esta “confusión” apunta a mostrar que no existe el consenso necesario para atacar alevosamente a Venezuela; ni siquiera para manejar comunicacionalmente que piensan hacer. Muchos misiles, pero también mucho miedo a las consecuencias políticas de una aventura bélica contra el país suramericano.

Conclusión preliminar. No solo sería ingenuo sino incluso hasta perverso, asumir que los peligros sobre la Revolución bolivariana han amainado, consideración a la vista por la magnitud de la amenaza; pero desde el punto de vista político, el asunto aquí es insistir que EEUU no tiene ningún derecho, ni desde luego justificación, para violar la soberanía nacional de ningún país, en especial uno miembro de la CELAC.

En medio de este contexto enrarecido, se desarrollaron dos eventos electorales, cuyos resultados sirven para entender la realidad política en la Región. En ambos casos y a pesar de resultados aparentemente diversos y favorables, debe afirmarse que mostraron las debilidades  de la izquierda continental.

Comenzando por lo que ocurrió en Chile; aquí la candidata Jeannette Jara, obtuvo 26,45% mientras que el segundo en votación, José Antonio Kast, se alzó con el 24,46% mostrando el nivel de polarización que divide al electorado chileno que fue a votar no menos del 85%, el más alto según los estándares históricos.

Por su origen comunista, aunque Jara supone una posible continuidad del gobierno progresista de Boris, a la postre trasmitió al electorado estar en el extremo opuesto de Kast, declarado de ultra derecha. 

Aunque aún es prematuro para adelantar consideraciones con lo que ocurrirá en la segunda vuelta, prevista para el 14 de diciembre próximo, una primera lectura arroja que Jara se las verá difícil para superar en semejante clima, a la eventual unión de los demás candidatos, que expresan posiciones de derecha, incluido otro aspirante también de ultra ultra derecha (ultra al cuadrado), que sumados a Kast rebasan holgadamente el 50% de los votos necesario para ganar.

Es sabido que este tipo de sumatorias no se pueden hacer mecánicamente, por el camino quedan potenciales votantes que no lo hacen por la nueva propuesta, pero en el caso de los mencionados de  derecha y ultra derecha, es muy poco probable que apoyen ahora a Jara. 
 
Habría que esperar que pasa el 14 de diciembre, pero, volviendo sobre el intento de exponer una primera reflexión, francamente Jara no pudo conectarse lo suficiente con el Chile profundo, y que algo pasó por el camino que no lograron convencer. 

No tan lejano en el tiempo, por allá por septiembre del 2022, cuando recién comenzaba el gobierno de Boris, la izquierda sufrió una aleccionadora derrota, al intentar mediante plebiscito, enviar al basurero a la aún vigente constitución pinochetista. Aquella derrota tal vez muestra ahora sus efectos estratégicos. 

Muchos esperan que finalmente estas lecciones se tomen en cuenta, y garanticen la también estratégica victoria a Jeannette Jara, cuyas consecuencias trascenderían sus fronteras.

En cuanto a Ecuador, el rechazo a lo presentado por el presidente Novoa en el  referéndum, puede decirse que fue aplastante; es inmensa la alegría de quienes se alzaron contra la instalación de bases militares extranjeras, mejor dicho estadounidenses, y otras propuestas del oficialismo.
  
Sin embargo, hay una cuestión que queda clara respecto a estos resultados. Muestran que todavía está vigente la impronta del proyecto de la Revolución ciudadana, obviamente plasmada en la constitución que el actual gobierno ecuatoriano quería transformar.

Se ha debatido, incluso algunos expertos dicen haber probado algún tipo de fraude, que le garantizó al actual mandatario continuar en el Palacio de Carondelet (sede el gobierno nacional) en las elecciones de abril pasado, pero resulta obvio que errores o insuficiencias impidieron que una oposición unida obtuviera un triunfo, lo suficientemente demoledor, para superar ese supuesto fraude o a la capacidad electoral de Noboa.

Como anecdótico pero en perspectiva muy relevante, fue noticia el intento de asalto al Palacio Nacional, sede del gobierno de México, presentada como una rebeldía de la llamada generación Z, jóvenes nacidos entre 1997 y el 2012.

En la ocasión comenzó como una marcha pacífica, curiosamente en su mayoría de adultos mayores de 30 años, no “Z”, que reivindicaban la necesidad de mayor seguridad y lucha contra el crimen organizado, asunto del que el actual gobierno federal mexicano ha dado sobradas muestras de trabajar en ello.

La marcha derivó en una batalla campal e intento de asalto al Palacio, por parte de un pequeño grupo de encapuchados, preocupados por tapar su identidad, que entre otras cosas causó lesiones a más de 20 agentes del orden, así como daños a las estructuras de protección del Palacio.

Analistas políticos conocedores del evento, apuntan mayoritariamente a darle un carácter politizado y con ínfulas destituyentes a la mandataria Claudia Sheinbaum, que pasan por alto por cierto que esta disfruta de uno de los niveles de popularidad más elevados del continente, alrededor del 70% de su población.

Los acontecimientos de este fin de semana, cuando faltan apenas unos 45 días para que culmine este 2025, parecieran reunir en pocas horas como ha transcurrido la política en nuestra Región en todo el año.

A saber: renovada agresividad imperial, llevada al punto de una inminente invasión a un país latinoamericano, resultados electorales que desafían a la izquierda y el progresismo y para colmo, velado intento de golpe, envuelto en papel de regalo del tipo “Z”, si se entiende la metáfora, contra una de las mandatarias más queridas por su pueblo.

Insistir en política resulta ser muchas veces necesario e inevitable. Así que si se busca en los rincones ocultos de estas situaciones al secretario Mr. Rubio, no es para nada redundante; tiene en definitiva la misión de que su Jefe Trump, embarcado en tratar de gobernar el mundo, al menos lo logre en Nuestra América; pero la historia, con su proverbial sentido de lo justo, colocará en su lugar esta trasnochada aspiración. (Texto y Foto: Cubasí)


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