Camagüey, 8 jul.- En el contexto del desarrollo económico de Cuba, la transformación digital se ha convertido en un elemento clave para fortalecer la autonomía, la sostenibilidad y la defensa de la soberanía nacional. Además, su importancia radica en mejorar las condiciones de vida de la población. A pesar de los esfuerzos de diversas instituciones y organizaciones, aún persisten retos considerables para alcanzar estos objetivos.
En el último período, aunque los avances en infraestructura son discretos se han logrado algunos progresos. Sin embargo, las limitaciones financieras y económicas han restringido las inversiones en este sector. Así lo señala Luel García Lorenzo, director de la División Territorial de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba en Camagüey. La sostenibilidad es fundamental en este proceso, ya que el crecimiento de la transformación digital requiere ampliar la capacidad tecnológica. En este contexto los trabajadores del sector realizan esfuerzos encomiables para mantener los puntos vitales de comunicación, afrontar situaciones de contingencia y desarrollar soluciones innovadoras.
Desde su creación en 2017 la filial agramontina de la Unión de Informáticos de Cuba ha marcado hitos en la adopción de tecnologías emergentes. Su enfoque principal es poner al ciudadano y las organizaciones en el centro del proceso de transformación, mediante la capacitación de sus miembros, organizaciones y la población, con especial énfasis en el talento joven. La organización prioriza temas que enfrentan los desafíos del contexto actual, promoviendo una visión inclusiva, de género y participación activa.
Un ejemplo destacado es el Laboratorio de Innovación Ciudadana Co-Lab, un proyecto de impacto social y económico que ofrece servicios como la co-creación de prototipos de soluciones digitales y la formulación de estrategias para la transformación digital de diversas organizaciones. Además, la Política para la Transformación Digital y la Estrategia para el Desarrollo de la Inteligencia Artificial fortalecen el ecosistema de innovación en colaboración con actores como la Universidad de Camagüey, el Fondo de Bienes Culturales, la Empresa Provincial de Transporte, el Instituto de Suelos, el Centro Provincial del Cine, y otros organismos de investigación y desarrollo.
Un ejemplo concreto de estas iniciativas es la contribución al desarrollo del Atlas de la provincia y otras aplicaciones digitales que conectan actores y proyectos, promoviendo la innovación, la creatividad y la participación ciudadana mediante ideathones y hackatones. Estos esfuerzos reflejan un mensaje alentador: aunque aún no se aprovechan en toda su potencial las capacidades tecnológicas disponibles, existe un respaldo valioso para impulsar las estrategias de transformación digital que Cuba necesita.
René Ramos Carmenates, delegado en funciones de la Oficina Territorial de Control y del Consejo de Cooperación del Ministerio de las Comunicaciones, afirma que la Política para el Perfeccionamiento del Proceso de Informatización prioriza proyectos que dinamizan la economía. Los datos relevantes muestran cómo las tecnologías influyen en el crecimiento económico y en el bienestar del pueblo.
Sin embargo, este proceso impone a directivos y trabajadores del sector el desafío de actuar con mayor profesionalismo, rigor y compromiso, para que cada aporte se traduzca en beneficios concretos, como el acceso a bienes y servicios a través de plataformas digitales. La digitalización sigue siendo un asunto pendiente y una necesidad imperante para la sociedad cubana actual. (Gladys Dailyn Morera Cordero/Radio Cadena Agramonte) (Foto: Archivo)