
La Habana, 20 nov.- En la fría mañana nipona de hoy, la cubana Suslaidy Giralt estremeció la arena del triple salto con un brinco de plata que reafirmó su estirpe de leyenda en los XXV Juegos Sordolímpicos.
Giralt, dueña de una fuerza interior que parece soplar desde el Caribe hasta Japón, firmó un mejor registro de 12.60 metros para reclamar un sitio en el podio, solo por detrás de la ucraniana Yuliia Matviievska, vencedora con 13.07. El bronce correspondió a la representante neutral Dziyana Barzukova (12.33).
La cubana sostuvo un concurso combativo, sin ceder jamás al frío ni a la presión: firmó su salto plateado y mantuvo la batalla con buenas secuencias, siempre en busca de un vuelo más largo.
Con esta medalla, la número 12 de su extraordinaria carrera sordolímpica desde Taipéi 2009, Giralt vuelve a inscribir su nombre entre las imprescindibles, esas que compiten con la serenidad de quien conoce bien las alturas que habita.
“Lo importante no es el color de la medalla, sino haberla logrado”, le declaró al medio digital Jit, rodeada de sus compañeros. Modesta, aunque sabe que su legado se agranda con cada zancada.
La cubana regresará el día 24 al Parque Olímpico Komazawa, donde defenderá su corona en el salto largo y correrá también en el relevo 4×100 metros. Allí, como hoy, intentará volver a desatar su propio vendaval en la pista. (Texto y Foto: Cubasí)