
Camagüey, 20 nov.- Una vez, hace muchos años, en Guáimaro llego a mis manos una publicación de la escuela Belén, donde estudió Fidel y en una de sus páginas aparecía lanzando al aro una pelota de baloncesto, mientras el pie de grabado decía: Despunta como un gran dirigente.
Quienes lo avizoraron no se equivocaron. Llevó a Cuba a planos estelares en la arena nacional e internacional, dio derecho a las masas empobrecidas a vivir decorosamente con la primera revolución proletaria en el hemisferio occidental, triunfante el primero de enero de 1959.
Aparte del baloncesto y del béisbol que también le gustaba, uno de sus hobby era la natación. Siempre que tenía un chance en su apretada agenda, se daba un chapuzón en la piscina o en el mar.
En junio de 1974 presenció los encuentros finales del VII Torneo Internacional de Boxeo Giraldo Córdova Cardín, celebrado en el estadio Cándido González, mientras el 21 de de noviembre de ese mismo año presencio en la misma instalación un juego de béisbol entre Cuba y Japón, oportunidad en el que se produjo el retiro oficial de Don Miguel Cuevas, después de trece campañas nacionales.
En Camagüey, en septiembre de 1989, viajó a Cayo Cruz para apreciar sobre el terreno las vírgenes playas del norte y sus potencialidades para el turismo.
Allí en un recodo de ese inmenso balneario aprecio la calidad de las blancas arenas del entorno, que no tienen que envidiarle a otro lugar de Cuba.
Siempre encontró tiempo para asistir a cualquier tope, como sucedió también en Camagüey en el auditorio Iván Hidalgo Funes entre muchachas cubanas y aztecas, dedicadas al baloncesto.
Terminado el encuentro, se organizó un piquete , encabezado por Fidel, donde demostró sus dotes en esta disciplina.
El 27 de julio de 1989, a pocas horas de hablar en el acto de la plaza de la Revolución Mayor General Ignacio Agramonte, en ocasión por los 36 años de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, visito el coliseo Rafael Fortun Chacón, que muchas personas llaman sala polivalente.
“Los viajeros que transitan por aquí no saben si están en Camaguey o en la antigua Grecia en los mejores tiempos de su esplendor arquitectónico. (Texto: Enrique Atiénzar Rivero/ colaborador de Radio Cadena Agramonte) (Foto: Adelante)