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Camagüey, Adolfo Silva Silva, cronista, profesor, periodismo

El legado de Adolfo Silva Silva: un periodista que marcó una era


Camagüey, 27 nov.- Cuando se habla de "novedad" se refiere a noticias que, por su naturaleza, irrumpen en la vida de manera inesperada, a veces con la misma fuerza de un golpe. Ayer, una de esas novedades nos llegó con un profundo dolor: el fallecimiento de Adolfo Silva Silva, un hombre que no solo fue periodista sino también cronista, profesor y, sobre todo, una de las figuras más emblemáticas del periodismo camagüeyano.

Durante más de cinco décadas Silva fue testigo fiel de la historia de su tierra y de su tiempo. Ingresó al mundo del periodismo en 1970, en la Radio provincial, para luego trasladarse en 1971 al periódico Adelante, donde durante años firmó reportajes y crónicas que hablaron de los sucesos y transformaciones de su Camagüey querido.

Sin embargo su verdadero pulso en el periodismo local lo alcanzó en 1976 cuando comenzó a formar parte de la corresponsalía local de la Agencia Cubana de Noticias (ACN), donde permaneció por 42 años.

Desde allí relató los grandes y pequeños eventos que marcaron la vida de la ciudad y su gente, siempre con una mirada crítica y honesta, fiel a los principios de la profesión.

Pero Adolfo Silva no fue solo un periodista. Fue un profe, un mentor, un maestro de esos que dejan huella en los corazones de quienes tienen el privilegio de aprender de él.

Como profesor adjunto de la carrera de Periodismo en la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz se dedicó a formar nuevas generaciones de comunicadores, compartiendo con ellos no solo conocimientos técnicos, sino también su pasión por la verdad, por la libertad de crear y por el compromiso con la sociedad.

Su forma de enseñar se basaba en las palabras, en el ejemplo, en la vivencia cotidiana de lo que es ser un periodista con ética y con corazón.

A lo largo de su carrera Silva tuvo la oportunidad de cubrir eventos internacionales, lo que le permitió afianzar su prestigio más allá de las fronteras de Cuba. Como enviado de la ACN estuvo presente en lugares como Bulgaria, México, donde cubrió los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe, y Angola, durante la Operación Tributo (1989), cubriendo la dolorosa partida de los internacionalistas.

Su obra, crónicas y enseñanzas no pasaron desapercibidas. En reconocimiento al hacer fue distinguido con la Condición de Vanguardia Nacional del Sindicato de Trabajadores de la Cultura en cuatro ocasiones, el Premio Anual de la Agencia Cubana de Noticias, la Distinción Félix Elmusa de la Unión de Periodistas de Cuba y el Sello José Martí, entre otros galardones.

También recibió la Distinción Raúl Gómez García, otorgada por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura, y se ganó el respeto y la admiración de todos aquellos que lo conocieron.

Hoy Camagüey llora la partida de uno de sus hijos más grandes. Adolfo Silva Silva deja un vacío imposible de llenar. Las futuras generaciones de periodistas no podrán escucharlo, no podrán recibir sus consejos en persona, pero sabemos que su legado perdurará. Cada palabra escrita por él, cada clase que impartió, cada consejo que brindó a un joven periodista sigue vivo en quienes lo conocieron.

El profe Silva se ha ido pero su esencia permanece. Su sabiduría, su amor por el periodismo y su inquebrantable compromiso con la verdad seguirán guiando a aquellos que, como él, eligen contar la historia de la gente.

Y aunque su partida deja un dolor inmenso, sabemos que su legado vivirá en cada uno de nosotros. (Texto: Idaylén Rodríguez Rodríguez/Radio Cadena Agramonte) (Foto: Archivo)


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