
En las primeras horas del 25 de noviembre de 1956 y bajo la lluvia comenzó a navegar el yate Granma desde Tuxpan, México, hacia las costas orientales de Cuba, con 82 expedicionarios a las órdenes de Fidel Castro, dispuestos a reanudar la lucha por la definitiva independencia del país caribeño.
El final de la trayectoria, previsto el 30 de noviembre para que coincidiera con el levantamiento armado de Santiago de Cuba, organizado por Haydeé Santamaría, Celia Sánchez y Frank País, se retrasó dos días (2 de diciembre), porque el mar mostró uno de sus malos momentos con olas y viento muy difíciles de sortear, sobre todo, por una embarcación pequeña y sobrecargada.
La rebelión santiaguera preparó un grupo de recepción en el faro de Cabo Cruz con camiones y cien hombres para, con posterioridad, atacar las guarniciones de la tiranía batistiana en los pueblos de Niquero y Manzanillo, luego internarse en las montañas de la Sierra Maestra y llevar a cabo una guerra de guerrillas.
Por el arribo tardío, el levantamiento de apoyo quedó aislado y destruido y los expedicionarios perdieron el elemento sorpresa, a la vez que dio oportunidad a los militares para desplegarse en alerta máxima en toda la región.
En 1953, tras el fracaso del asalto a los cuarteles Moncada, en Santiago, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, Fidel y 31 de sus compañeros supervivientes fueron condenados a prisión, pero la presión popular y de sus familiares propició que, tras 22 meses en el Presidio Modelo, en la entonces Isla de Pinos, recibieran una amnistía en mayo de 1955, después de lo cual el jefe de la Revolución y varios de sus seguidores se trasladaron a tierra azteca, con vistas a preparar una insurrección armada contra la dictadura batistiana.
En 1956 seremos libres o mártires, expresó Fidel poco después de salir del recinto penitenciario.
Para la travesía marítima se necesitaba una embarcación, cuya adquisición efectuó El Cuate, apodo del mexicano Antonio del Conde, quien conservó una copia de la escritura de compra y venta original, según la cual el yate salió de los astilleros en 1943, de madera y motor de aceite con una sola cubierta, sin mástil, proa inclinada y popa recta.
El Cuate relató que cuando Fidel Castro vio el Granma lo inspeccionó y decidió que era el adecuado para los propósitos del grupo.
Con rumbo a Cuba
Pasados unos minutos de la primera hora del 25 de noviembre de 1956 y en medio de una fría lluvia, el yate Granma y sus viajeros tomaron curso con sigilo desde el muelle de Santiago de la Peña, por las aguas del río Tuxpan, en aras de burlar la vigilancia del faro y un puesto naval de la marina local existente en la salida a mar abierto.
Desde ese momento comenzaron a batir vientos fuertes y olas que originaron bandazos y mareos y vómitos en muchos de los expedicionarios. Tras alejarse de la costa, encendieron las luces y cantaron el Himno Nacional de Cuba y la Marcha del 26 de Julio, y concluyeron gritando consignas revolucionarias.
Fidel Castro ordenó armar a varios compañeros por si los guardafronteras aztecas trataban de detenerlos. Del 25 al 27 de noviembre navegaron por el golfo de México, en la madrugada del 28 llegaron al mar Caribe y el 29 por la madrugada adoptaron posiciones de combate, a causa del acercamiento de dos naves sospechosas que resultaron ser dos pesqueros que pasaron de largo.
Durante el 30 de noviembre, se mantuvo el rumbo hacia el destino y la radio captó las noticias sobre el levantamiento armado en Santiago de Cuba.
Pero falló una de las premisas fundamentales del plan táctico, consistente en la coincidencia del desembarco con el alzamiento en la ciudad santiaguera y así distraer las fuerzas del tirano, quien conoció de la salida de la embarcación y su objetivo e instruyó a los mandos militares sobre la descripción del barco para su captura.
El 1ro de diciembre, el Granma se acercaba a la zona escogida para el desembarco y Roque y Mejía, piloto y timonel, respectivamente, se turnaban en la cabina y oteaban los destellos del faro de Santa Cruz; una fuerte ola sacudió la embarcación y Roque cayó al mar.
Fidel ordenó detener la marcha para rescatarlo. El mal tiempo y la noche cerrada impedían encontrarlo y estuvieron casi una hora escudriñando el encrespado mar con las linternas, pero nada. Muchos lo creían ahogado, sin embargo, el líder revolucionario insistió en la búsqueda y otro y más abierto giro propició escuchar una voz casi apagada, pero suficiente para hallar el extenuado expedicionario y rescatarlo.
Más tarde divisaron las luces y enfilaron hacia el canal de Niquero hasta llegar a las boyas, pero estas no coincidían con los datos de la carta náutica y surgió la incertidumbre de si estaban perdidos, disminuyeron la velocidad del yate y cambiaron el rumbo.
Fidel Castro tomó la decisión de dirigirse a la costa para desembarcar y en la tarde del primero de diciembre informó que lo harían de un momento a otro en un punto cercano a Niquero, en el sur de la antigua provincia de Oriente.
En una punta de mangle nombrada Los Cayuelos, a dos kilómetros de la playa Las Coloradas -el lugar previsto para llegar a tierra firme-, la nave encalló y obligó a un adelanto del desembarco. Eran las 06:50 horas del 2 de diciembre de 1956.
Con el bote auxiliar intentaron transportar el armamento y otros materiales de guerra, pero el peso sobre la pequeña embarcación la hundió. Cada quien cargó lo suyo y, a falta de bajar el pelotón de retaguardia, pasaron una lancha de cabotaje y un barco arenero, lo cual urgió al abandono del Granma y, por carecer de petróleo, no pudo cumplirse la idea inicial de Fidel de que regresara a las costas de Caimán Brac.
El desembarco significó un triunfo después de otros intentos fallidos de combatir a la dictadura de Batista, además del enorme valor simbólico por ser el inicio del Ejército Rebelde que, con posterioridad, se convirtió en las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
En 1976, ese medio marítimo fue trasladado a la bahía de La Habana por Norberto Collado Abreu, quien había servido como timonel durante la travesía de 1956 y desde entonces se ubica en el memorial Granma adyacente al Museo de la Revolución cubana. (Fuente: ACN)