Los años que pasan obligan a mirar, a rectificar trazos, a rehacer y reinventarse para mantener el atractivo. Así sucede en Camagüey camino a sus 510, un cumpleaños que esperamos con ansias y con el sutil rejuvenecimiento de quien preserva sus esencias.
En la memoria de los habitantes del poblado de Santa Cruz del Sur permanece aún la tragedia del 9 de noviembre de 1932, fenómeno meteorológico que dejó un saldo de tres mil 033 víctimas.
Los patriotas camagüeyanos estaban comprometidos con el movimiento iniciado por Carlos Manuel de Céspedes en Oriente, pero para el alzamiento del 10 de octubre de 1868 todavía prevalecían dudas e indecisiones en algunos ricos hacendados sobre la mejor fecha para iniciar la Revolución, en espera de contar con mayores recursos bélicos y financieros, sin que faltaran otros que dudaban acerca del éxito de la guerra y eran proclives a la vía reformista.
El 24 de octubre de 1960, Fidel Castro firmó en su condición de Primer Ministro la Ley 851 de Defensa de la Economía Nacional, Resolución No. 3, para la nacionalización de 166 empresas y firmas estadounidenses, como respuesta a las primeras acciones del bloqueo económico, comercial y financiero de EE.UU. contra Cuba, que incluía la reducción de la cuota azucarera.
El origen del Himno Nacional se remonta a 1867, cuando el abogado bayamés Pedro Figueredo Cisneros, Perucho, compuso la música y su coterráneo Manuel Muñoz Cedeño realizó la instrumentación. Los patriotas la denominaron La Bayamesa, para evocar a La Marsellesa, canto compuesto por los revolucionarios franceses en 1792.
Del 10 al 20 de octubre vuelve a llamar a nuestras puertas lo esencial de la identidad de cubanos convertido en voces, pinturas, textos, bailes, escenas teatrales y ocasiones para compartir que viviremos, como en todo el archipiélago, desde esta Ciudad de los Tinajones.
Por estos días está en las redes una etiqueta que nos regresa a esencias fundamentales que nos conectan con ese pasado que a veces parece lejano y nos devuelve con más certezas al presente: #UnaSolaRevolución.
Camagüey, 12 sep.- A este país le encantan las series policiacas, disfrutadas por todos los grupos poblacionales, por toda esa diversidad de gente admiradora del coraje de los agentes y que entiende nuestra necesidad de defendernos.
Pañoletas, uniformes, mochilas… las vemos pasar de un lado a otro, con más o menos prisa. El paisaje de las calles en cualquier lugar vuelve a llenarse con la llegada a la escuela, al círculo, al instituto, los saludos, el reencuentro o la novedad de un grupo que en apenas unos días pasará a ser parte importante de cada una de sus vidas, de decenas que se encuentran, conviven y se vuelven amigos, comparten alegrías o disputas y sobre todo aprenden.
Como un breve carnaval con sonido clásico, como un regreso en el tiempo, a esas tradiciones que se escapan de otros carnavales, decenas de motos, motoristas y acompañantes desfilan por el centro de la ciudad de Camagüey.
Imágenes que hablan por sí solas de las bellezas naturales de Cuba revela el bojeo a Cuba del equipo de Naturaleza Secreta, cuya expedición reciente por el norte de Camagüey, y las fotografías resultantes, deslumbran por las riquezas contenidas en ellas.
El mar nos propone atractivas maneras de admirar su biodiversidad, y mientras que para algunos el sonido de las olas es música para los oídos y relajación espiritual, otros prefieren sumergirse en ese fascinante mundo, desafiando incluso los riesgos que supone la cercanía con los tiburones toros.