Cuba posee un patrimonio muy variado en complejos naturales de gran valor y belleza. La protección del Medio Ambiente constituye una prioridad del Gobierno.
La juventud camagüeyana y cubana aporta desde cada posición laboral, aprende de las generaciones más experimentadas en cada oficio y hace de los centros de trabajo otro espacio para hacer amigos y aportar a su país.
La mujer cubana vive, trabaja, cuida, ama, tiene derechos, cumple deberes y merece la admiración y el amor de los que son dignos todos los seres humanos, no por preferencia, sino porque le corresponde.
Dos manos tomadas, una sonrisa, un gesto, una mirada, un beso... El amor tiene tantas formas como personas existen en el mundo; el amor tiene tantos colores, tonos, voces, como seamos capaces de entregar a mamá, a papá, a un hermano de sangre o de vida, a una tía, a una amiga, a la pareja que tiene en cada 14 de febrero su día mayor.
La ciudad crece todos los días con el corazón y la obra de su gente; tanto es así, que en sus calles, edificaciones y espacios públicos en general los lugareños han escrito buena parte de sus vidas y le profesan amor infinito a un lugar que, incluso a miles de kilómetros de distancia, ocupa parte imborrable de recuerdos y pasiones.
Los años que pasan obligan a mirar, a rectificar trazos, a rehacer y reinventarse para mantener el atractivo. Así sucede en Camagüey camino a sus 510, un cumpleaños que esperamos con ansias y con el sutil rejuvenecimiento de quien preserva sus esencias.
Del 10 al 20 de octubre vuelve a llamar a nuestras puertas lo esencial de la identidad de cubanos convertido en voces, pinturas, textos, bailes, escenas teatrales y ocasiones para compartir que viviremos, como en todo el archipiélago, desde esta Ciudad de los Tinajones.
Pañoletas, uniformes, mochilas… las vemos pasar de un lado a otro, con más o menos prisa. El paisaje de las calles en cualquier lugar vuelve a llenarse con la llegada a la escuela, al círculo, al instituto, los saludos, el reencuentro o la novedad de un grupo que en apenas unos días pasará a ser parte importante de cada una de sus vidas, de decenas que se encuentran, conviven y se vuelven amigos, comparten alegrías o disputas y sobre todo aprenden.
Como un breve carnaval con sonido clásico, como un regreso en el tiempo, a esas tradiciones que se escapan de otros carnavales, decenas de motos, motoristas y acompañantes desfilan por el centro de la ciudad de Camagüey.
Imágenes que hablan por sí solas de las bellezas naturales de Cuba revela el bojeo a Cuba del equipo de Naturaleza Secreta, cuya expedición reciente por el norte de Camagüey, y las fotografías resultantes, deslumbran por las riquezas contenidas en ellas.
Sus rostros confirman cuánta alegría provoca el verano. Por momentos el sofocante calor deja de molestar y se impone el disfrute al que invita la etapa estival, más aún si es en un pequeño oasis en medio de la agitada rutina de la medio milenaria ciudad.
Los niños, sin dudas, son los que más disfrutan el verano en Cuba. El fin del curso escolar y la posibilidad de ocio a tiempo completo durante dos meses entusiasman a los infantes que en el caso de Camagüey inauguraron el período estival a ritmo de congas, comparsas y carrozas.