La peculiar manera de ornamentar los interiores de las casonas legendarias de El Camagüey, distingue indiscutiblemente la cultura hogareña del agramontino.
Las construcciones domiciliarias camagüeyanas de antaño engalanan con celo el entramado urbanístico de la tierra de El Mayor General Ignacio Agramonte Loynaz.
La Ciudad de Camagüey, cuna de refinado arte, religiosidad popular y leyendas, enamora a cuanto transeúnte se deja llevar por el encanto de su medio ambiente.
Quién no se ha detenido alguna vez desde un acogedor puente a meditar y admirar las cristalinas corrientes de agua de nuestra urbe agramontina?
Es imposible apreciar a cabalidad la belleza arquitectónica de El legendario Camagüey, si no se tiene en cuenta la majestuosidad de las construcciones eclesiales de antaño, las que, con sus soberbias formas y motivos estructurales, se hacen cómplices de la espiritualidad de esta suave comarca de Pastores y Sombreros.
Ballet de Camagüey. Convertido en la segunda compañía de Cuba, al fundarse en el año 1967, bajo la guía de la agramontina Vicentina de la Torre, ha incursionado en importantes escenarios de Europa y América. Su repertorio incluye desde las más tradicionales obras del catálogo ballético universal hasta las más atrevidas vanguardias danzarias.
Humberto Cid En esta ciudad, Patrimonio Cultural de la Humanidad, la calle Maceo es una de las arterias comerciales más importantes del núcleo urbano más antiguo de la otrora Villa de Santa María del Puerto del Príncipe.
Contribuyente Agramonte El Parque Central denominado
Yo sigo siendo el mismo ante la historia; El ánfora de barro multiforme ¡De factura criolla…! muy criolla! Sin claudicar jamás ¡Tú has cambiado; yo no. Sigo en la cumbre De mi cubanidad, con puro aliento…
En pleno corazón de la capital camagüeyana, específicamente en el número 222 de la popular calle República, se encuentra situado el bar Yesterday, título de una de las obras más famosas del emblemático grupo musical inglés “The Beatles”.
Ya yo me enteré, mulata, mulata, ya sé que dise que yo tengo la narise como nudo de cobbata.
Agua santa de este suelo en el que se meció mi cuna, agua grata cual ninguna, que bajas pura del cielo. Yo te beso con anhelo, casi con mística unción, pues creo que tus gotas son de mi madre el tierno llanto al ver que te quiero tanto, Camagüey, tu corazón. Aurelia Castillo.